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No había pasado ni una hora desde que el anuncio se hizo público cuando me inscribí. ¡Por supuesto no podía perder la oportunidad de ser parte del primer Hackathon de IA en la Universidad del Norte! Se preguntarán, ¿Por qué tanto entusiasmo? Bueno, soy un estudiante de pregrado en Ingeniería de sistemas, apasionado por la IA y con ganas de aprender. Esta era una oportunidad que simplemente no podía dejar pasar.
Un hackathon es una maratón creativa donde la innovación, la colaboración y la resolución de problemas se unen. Del 26 al 29 de julio, la Universidad del Norte (Uninorte) organizó el evento. Reunió a estudiantes universitarios y de secundaria de la región del Atlántico y de toda Colombia para sumergirlos en el campo de la Inteligencia Artificial (IA). Organizado por los programas de Ciencias de la Computación y Ciencia de Datos, con el apoyo de grupos estudiantiles y empresas tecnológicas, el hackathon presentó un desafío específico: desarrollar un chatbot capaz de interactuar con los empleados de una empresa ficticia y proporcionar información sobre sus procesos internos. Los participantes debían utilizar herramientas y sus habilidades en IA para enfrentar este reto.
Creando el Equipo
Teníamos que formar equipos de cuatro miembros (para que fuera justo, cada equipo consistía en dos estudiantes de secundaria y dos estudiantes universitarios). Yo solo conocía a una persona, mi amigo Edward, quien estaba en su último semestre de Ciencia de Datos. Juntos seleccionamos a dos estudiantes de secundaria que se mostraban muy interesados. El equilibrio entre universitarios y estudiantes de secundaria me pareció interesante. Por un lado, enfrentábamos el desafío de que los estudiantes de secundaria tenían un conocimiento limitado sobre técnicas de IA, por lo que sabíamos que tendríamos que dedicar tiempo extra a guiarlos durante el resto del primer día. Sin embargo, esto también se convirtió en una ventaja. Sus perspectivas y su enfoque centrado en el usuario aportaban buenas ideas al equipo.
Divide y Vencerás: Elaborando el Chatbot

Desde el viernes hasta el domingo, trabajamos en el chatbot. Éramos un equipo interdisciplinario, y como he aprendido en The Storymodelers, hay magia en la interdisciplinariedad. Mientras que los estudiantes de secundaria tenían una visión más ambiciosa y generaban ideas, Edward y yo abordamos las cosas desde un punto de vista técnico, evaluando si las ideas propuestas se podían materializar en el corto plazo que teníamos. Después de llegar a un consenso sobre lo que era factible considerando nuestras habilidades, decidimos seguir un enfoque de divide y vencerás. Edward y yo nos encargamos de las tareas de programación y actuamos como mentores. Mientras tanto, los estudiantes de secundaria nos apoyaron con la documentación y la creación de prompts para alimentar nuestro chatbot. Terminamos nuestro prototipo en menos tiempo del esperado y solo nos quedaba esperar el día de la presentación.

El Producto Final
El día de la presentación, cada equipo tenía su prototipo listo. Dado que el desafío era el mismo para todos, los jueces se centraron en las ideas y detalles innovadores que destacaran. Nuestro chatbot funcionaba bien, cumplía con su propósito de interactuar con los empleados ficticios de la empresa y proporcionar información sobre los procesos internos. Sin embargo, un detalle clave marcó la diferencia. El equipo ganador implementó la entrada por voz, permitiendo a los usuarios interactuar con el chatbot mediante el habla. Nuestro chatbot, por otro lado, solo aceptaba entrada escrita. Parecía un detalle menor para nosotros, pero en un entorno tan competitivo, cada innovación cuenta. Esto nos dejó una importante lección, los pequeños detalles marcan una gran diferencia en un proyecto. La innovación no se trata solo de desarrollar prototipos complejos, sino de anticiparse a las necesidades y expectativas de los usuarios.
Más allá del desafío
El hackathon no fue solo una maratón de programación; también fue una oportunidad para ampliar mi comprensión de la IA. A través de charlas de expertos, aprendí sobre el impacto ambiental de los Transformers, un tema que rara vez se discute pero que es muy relevante. Los grandes modelos de lenguaje requieren mucha energía para entrenarse. Esto contribuye a la huella de carbono. Lo anterior me hizo replantear mi enfoque sobre la innovación tecnológica. Las grandes empresas a menudo pueden priorizar el progreso sin considerar completamente los costos ecológicos, especialmente en un momento en que el cambio climático está afectando más que nunca a la humanidad.
Las charlas sobre las implicaciones éticas de la IA me mostraron dilemas que a menudo se pasan por alto. Sesgos en algoritmos y la falta de transparencia en las decisiones tomadas por las máquinas plantean preguntas y desafíos éticos que no podemos pasar por alto. Aunque la IA a menudo parece magia debido a los increíbles resultados, todavía hay una falta de rigor científico en cómo se utiliza.

En general, fue una experiencia que disfruté mucho y de la que aprendí bastante. Desde el trabajo en equipo con estudiantes de diferentes niveles, la reflexión sobre aspectos éticos hasta enfrentar desafíos técnicos, el hackathon fue una verdadera inmersión en el mundo de la innovación y la IA. A medida que avanzo en mi último año como estudiante de pregrado, me entusiasma la idea de desarrollar prototipos que aborden nuevos desafíos, especialmente aquellos enfocados en aspectos sociales, como los que trabajamos en The Storymodelers. Este hackathon me recordó que la tecnología no es solo sobre código, sino sobre personas, ideas y el impacto que podemos generar juntos.
Cracking the Code – My Adventure in an AI Challenge Hackathon

No hour had passed since the announcement went live before I signed up. I couldn’t miss the chance to be part of the first-ever AI Challenge Hackathon at Universidad del Norte! You might be wondering, why all the excitement? Well, I’m an undergraduate student in Computer Science, deeply passionate about AI and always eager to learn. This was an opportunity I simply couldn’t let slip by!
A hackathon is a creative marathon where innovation, collaboration, and problem-solving come together. From July 26th to 29th, Universidad del Norte (Uninorte) hosted the event bringing together high school and college students from the Atlántico region and across Colombia to dive into the field of Artificial Intelligence (AI). Organized by the Computer Science and Data Science programs, with support from student groups and tech companies, the hackathon set out a specific challenge: to develop a chatbot capable of interacting with employees of a fictional company and providing information about its internal processes. Participants were tasked with using their AI tools and skills to tackle this challenge.
Creating the Team
We had to form teams of four members (to make things fair, each team consisted of two high school students and two college students). I only knew one person—Edward, a friend in his last semester of Data Science—. Together, we selected two high school students who seemed enthusiastic. The balance between university and high school students was quite interesting. On one hand, we faced the challenge that the high school students didn’t have much knowledge about AI techniques, so we anticipated spending extra time mentoring them during the rest of the first day. However, this also became an advantage. Their fresh perspectives and user-centric focus brought good ideas to the table.
Divide-and-Conquer: Crafting the Chatbot

From Friday to Sunday, we worked on the chatbot. We were an interdisciplinary team, and as I’ve learned at The Storymodelers, magic lies in interdisciplinarity. While the high school students had a more ambitious vision and generated ideas, Edward and I approached things from a technical standpoint, evaluating whether the proposed ideas could be realized within our short time frame. After brainstorming and reaching a consensus on what was feasible considering our skills, we decided to follow a divide-and-conquer approach. Edward and I took on the programming tasks and acted as mentors. Meanwhile, the high school students supported us with documentation and creating prompts to feed our chatbot. We finished our product in less time than expected, and all that was left was to wait until the day of the presentation.

The Final Product
On presentation day, every team had their prototype ready. Since the challenge was the same for all, the judges focused on innovative ideas that stood out. Our chatbot worked well, fulfilling its purpose of interacting with the company’s fictional employees and providing information about internal processes. However, one key detail made all the difference. The winning team implemented voice input, allowing users to interact with the chatbot when speaking. Our chatbot, on the other hand, only accepted text input. It seemed like a small detail for us, but every innovation and detail matters in such a competitive environment. We learned that small details make a big difference in a project and that innovation is not just about developing complex prototypes but about anticipating the needs and expectations of users.
Beyond the Challenge
The hackathon wasn’t just a programming marathon but also an opportunity to expand my understanding of AI on a larger scale. Through expert talks, I learned about the environmental impact of Transformers, a topic that’s rarely discussed but highly relevant. Large language models require plenty of energy to train, contributing to the carbon footprint. The above made me rethink my approach to technological innovation. Big tech companies often prioritize progress without fully considering the environmental costs, significantly when climate change affects humanity more than ever.

The talks on the ethical implications of AI showed me dilemmas that are often overlooked. Algorithmic bias and the lack of transparency in machine decision-making raise ethical questions we must consider. While AI often seems magical due to its awesome results, there is still a lack of scientific rigor in how it is used.
Overall, it was an experience I thoroughly enjoyed and learned a lot from. From teamwork with students at different levels to reflecting on ethical issues and tackling technical challenges, the hackathon was a true dive into the world of AI and innovation. As I head into my senior year, I’m excited to develop prototypes that tackle new challenges, especially those with a social focus, like the ones we work on at The Storymodelers. This hackathon reminded me that technology isn’t just about code—it’s about people, ideas, and the impact we can create together.
Excellent job Rafa